Historias en tiempos de cuarentena: La niña vietnamita.

Hace unos meses, nos dimos cuenta que nuestra hija compartía colegio con una vecina del edificio. Al principio todo se limitó a saludos al pasar, pero eventualmente nuestra (hipersocial) niña quiso invitar a la nena a un playdate.

Para los que siguen los podcasts sabrán, pero los que no, les cuento que un playdate es ni más ni menos que una juntada a jugar en la casa de alguien. En este caso, vino a casa. Ahí forjaron una linda amistad y, en esa ocasión, vino la madre también a pasar el rato. Nos contó su historia, que me resultó de lo más interesante y quiero compartirla ahora con ustedes.

Resulta que ellas vinieron de Vietnam para que la madre haga un postgrado en ciencias de la economía. Le quedaban unos meses todavía para la tesis y pensaban volver a su país, donde las esperaba el marido y padre ansioso y una bebita de 2 años. Fiel al estilo asiático, son super austeras respecto al alquiler y hábitos. Van en bici a todos lados, están las dos en una sola habitación que comparten en un departamento con otra gente... nada super loco. Después de esa ocasión en la que vinieron, volvieron a jugar juntas. Y nunca falta la oportunidad en la que, al llegar en auto de algún paseo o mercado, la niña está en la ventana esperando para que la saludemos.

Como sabrán, el mundo no estaba preparado para la pandemia. Desde el aspecto social, de salud a logístico, todo fue un caos para muchísima gente. Como por ejemplo la madre y niña vietnamitas. No pudieron volver a su país porque Nueva Zelanda cerró fronteras cuando tenían que hacerlo (y gracias que lo hizo, los resultados hablan por si solos) y quedaron varadas en esa habitación, sin poder salir a socializar y solas.

Nuestros paseos en auto se cancelaron, obvio, pero yo aún tengo que salir a comprar comida. Cada vez que vuelvo en auto, veo a la niña en la ventana, esperando que la salude. Y eso hago...

Es increíble lo resistentes que somos los seres humanos cuando se nos pone a prueba. Esa niña y madre deben estar pasando un momento bastante feo al estar lejos de sus seres queridos, consumiendo ahorros por una estadía alargada por sorpresa... y sin embargo, siempre sonríen cuando entro con todas las bolsas.

Ojalá puedan volver pronto con sus seres queridos y recibamos noticias una vez estén allá!

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