Psicología del expatriado: No hay vuelta atrás?


Hoy quería empezar una serie de artículos sobre algunos aspectos psicológicos del venirse a Nueva Zelanda. Porque hay detallitos, aquí y allá, que no se mencionan mucho. Y los van a experimentar... oh vaya que lo harán! En esta oportunidad quería hablarles de la extraña sensación que tiene el que le toque venir con trabajo para mantener a su familia.

Primero les voy a dar algo de contexto para que sepan de dónde nace la sensación y por qué se siente como se siente. Cuando uno trabaja en Argentina o cualquiera sea su país natal, uno tiene esa idea de que "si todo falla, siempre hay un plan B a la vuelta de la esquina". Y esto lo digo yendo más allá del rubro en que uno trabaje y la demanda laboral que pueda haber. Yo tengo la suerte de trabajar en sistemas para un puesto con mucha demanda.

En la cabeza del que trabaja está el "bueno, tengo a mi familia que me ayuda". O "mis amigos me pueden tirar un colchón en caso que todo se vaya a la mismísima mierda". O incluso qué se yo, puede haber una ayuda del gobierno para los que quedan desempleados y eso puede tirar una soga hasta conseguir nuevo trabajo.

Todas esas opciones juegan a favor cuando uno la pasa mal en el trabajo. Son las que nos mantienen con la salud mental a flote cuando nos toca un jefe que nos hace la vida imposible o se presentan injusticias en el trabajo. Esa fue mi manera siempre de lidiar con estas cosas: Tener un plan para las posibles salidas del destino. Decir "si esto sale mal, tengo este otro camino pensado".

Todo esto se ve un poco limitado cuando uno viene con una Visa con sponsor a un país del que no se es ciudadano. Primero que nada, sentís que estás atado a tu sponsor y que tenés que aguantar cualquier cosa que pase. Porque ya no es tan fácil como decir "bueno, me voy a otra empresa si acá no estoy bien". O lo es? Algo que descubrí al tiempo de venir es que uno efectivamente PUEDE cambiar de sponsor sin problemas. No es más que un papeleo rápido y listo el pollo. Pero eso no quita el hecho de que uno venga con esa idea de "estar prisionero del sponsor".

Sumado a esto, la familia, amigos y cualquier ayuda con la que pudiésemos contar en nuestro país de origen no están, por lo que quedarse a pata, de inmigrante, no es algo por lo que nadie quiera pasar, especialmente si vienen con la familia a cuestas!

Si sos el padre de familia que viene con trabajo, se que va a ser difícil expresar esto por varias razones. La primera es que los hombres somos medios pelotudos en exteriorizar lo que nos pasa y tratamos de manejar todo por nuestra cuenta. Al menos yo. No quiero molestar ni preocupar a otros y opto por hacer todo yo. Esto, que muchas veces es una fortaleza, si no está bien encauzada puede terminar superándonos y generando desde líos con nuestra familia a trastornos en nuestra salud.

Por suerte, cuento con la Waifu, con la que puedo hablar cuando necesito descargar presión y se que me supera. Ella siempre tiene otro enfoque, una manera de ver las cosas que escapó a las 123123213 posibilidades que yo pensé y me ayuda a poner las cosas en perspectiva. Es importantísimo que tengan este tipo de relación con sus esposas y familia si quieren salir sanos y salvos de esta situación viviendo afuera.

Tengan en cuenta que no vendieron su alma a su sponsor. Creen una cuenta en https://www.seek.co.nz y pongan su CV ahí aclarando que están con una Sponsor Visa. Manejen otras opciones más allá que no estén considerando un cambio. Esto va a darles la tranquilidad mental de que, en caso que las cosas se pongan realmente peludas en el actual empleador, pueden pasar a otro. De nuevo, no hace falta que sea porque quieren cambiar, es simplemente saber que está esa soga ahí para salir del pozo en caso caigamos.

Venir a Nueva Zelanda es parte del viaje, pero también hay que pensar en este tipo de cosas que pueden darse ya viviendo acá, porque cuando se encuentren con el problema, puede ser tarde para encararlo preparados! El círculo familiar inmediato tiene que ser la primer y mejor línea de defensa contra cualquier malestar que podamos pasar como expatriados.

Qué piensan? Les sirvió el artículo? Les gusta este tipo de notas? Esta fue la más "bajón" pero también la sentí necesaria porque yo pasé por jefes infumables a los que no podía responder como hubiese hecho en Argentina. La realidad es que terminé respondiendo fiel a mi estilo y terminamos siendo amigos con esos jefes, pero no recomiendo arriesgarse así salgo que sean elocuentes y respetuosos en la misma medida que son firmes y lógicos. A veces es más un tema de diferencia cultural y de comunicación que de mala leche, recuerden esto también!

3 comentarios:

  1. "La primera es que los hombres somos medios pelotudos en exteriorizar lo que nos pasa y tratamos de manejar todo por nuestra cuenta. Al menos yo. No quiero molestar ni preocupar a otros y opto por hacer todo yo. " #TodosSomosPato.

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  2. Excelente, muchas gracias por esta información. Tengo planeado viajar el año que viene porque voy a estudiar y laburar, Nueva Zelanda siempre fue un país que quise conocer y entiendo perfectamente a lo que te referís con el sponsor porque lo viví en otro país. Muy interesante, genial tu aporte!

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    1. Gracias! Lo escribí hace un tiempo y me encanta que todavía la gente lo encuentre útil :)

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