Taupo, Nueva Zelanda: Mejor conocerlo antes que explote!


Nuestro primer gran viaje, durante una semana de Easter (Semana Santa), fue a Taupo, en la región de Waikato. Fuimos en auto, el cual fue también mi primer viaje largo manejando en toda mi vida! Para que se den una idea, son unas 7 horas aproximadamente, dependiendo del trÔfico. El camino es bastante directo y, una vez agarraste las rutas internas de la Isla Norte, la cosa es muy tranquila, llena de montes verdes, ovejas y campos.

En esa oportunidad habíamos alquilado una cabaña a través de AirBnB, arriba de una colina y a escasos minutos del lago Taupo, que le da nombre a la zona. También cabe resaltar que viajÔbamos con la madre de la Waifu y, obviamente, los dos purretines. En el camino habíamos designado un pueblito para hacer parada tÔctica, pasar al baño, almorzar y seguir camino. Ahora mismo no recuerdo el nombre, pero era un lugar lejos de todo, parecido al lejano Oeste. Me acuerdo que me llamó la atención que, en la vereda de la calle principal, había un "tablón de anuncios" con cosas del pueblo. Fue un detalle que me gustó y que después, prestando atención, iba a ver repetirse en todos los suburbios y lugares a los que vamos.
Paramos, compramos unos sandwiches bastante copados y económicos, y comimos en unas banquetas muy lindas que daban a la "avenida" principal. Fuera del local donde compramos la comida, había un señor Maori con problemas mentales que gritaba incoherencias todo el tiempo. Algunos pasaban y lo saludaban, otros lo ignoraban...se ve que era patrimonio del pueblo.

Habiendo dado cuenta de la comida, enfilamos para el auto. Mientras íbamos...no van a creer lo que pasó! Hubo lo que, a falta de otro término, voy a llamar "lluvia de arañas". Si, así como lo leen. No, no estoy exagerando! De repente empezaron a caer arañas chiquitas flotando en hilos finos de su tela, de a cientos! Cubrían el auto, la ropa, todo... por suerte esto pasó cuando ya subíamos al auto y no nos tocó sufrirlo demasiado, pero fue un fenómeno bastante raro.

Después de unas horas mÔs de manejo, atravesando el "desert road", llegamos a Taupo de a poco. Lo genial de ir llegando es ver adelante tuyo cómo aparece el Tongariro primero, el monte que fue usado para El Monte del Destino en El Señor de los Anillos y luego el espectacular, espectaculantÔstico lago Taupo, una de las cosas mÔs hermosas que van a ver en Nueva Zelanda (y miren que hay cosas hermosas en Nueva Zelanda!).

Ahora bien... una vez nos metimos, empezamos a buscar el camino a la cabaña en la colina (se llama literalmente así este lugar en AirBnB: Cabin on the hill). Una cosa que aprendí y que les advierto, es que Taupo tiene caminos MUY peligrosos. Con curvas que no ves nada qué viene del otro lado, super cerradas y salidas de muchas casas que bajan de las colinas. Una de estas entradas, ni bien salías de una curva super cerrada, era a la que tenía que entrar. Para variar, y fiel al estilo kiwi, era una subida empinada a mÔs no poder. Recuerdan en los podcasts que dije que saqué la licencia el mismo día que embarcamos en el avión? Bueno...imaginen mi cara al encontrarme conque tenía que subir ahí, rÔpido, sin vuelta atrÔs, con toda la familia arriba y sin experiencia. Para colmo de males, había un pozo enorme ni bien empezaba a subir el camino donde quedó una de las ruedas girando en falso!

Con la Waifu haciendo señas y la purreta aterrorizada gritÔndome en la nuca, di con la maniobra para sortear el agujero y poder subir. Las primeras 2 veces que tuve que salir con el auto y volver fueron siempre con las gónadas en la garganta debido a ésto.
Ni bien entramos, pusimos el código para abrir la tranquera primermundista y entrar al espacio frontal de la cabaña. Nos dejó boquiabiertos. La cabaña era hermosa, tenía un espacio enorme rodeÔndola, lleno de verde, con abejas trabajando y haciendo miel, plantas de moras, un espacio para hacer fuegos, huerto... a lo lejos, desde la colina, podíamos ver el hermoso lago Taupo, brillando y recordÔndome al Nahuel Huapí. Pero lo mÔs sorprendente, sin dudas, fue mirar alrededor, al monte, y ver cómo salía humo de todos lados! Si... Taupo es una zona geotérmica muy activa y hay termas y vapores en cada rincón!


Una vez dentro de la cabaña, la inspeccionamos de arriba a abajo. No era moderna, obvio, pero era muy cómoda! Tenía 2 habitaciones, un living muy grande, un espacio con tele que ni usamos, cocina, baño, el garage para el auto y un deck enorme con parrilla a gas incluida. Algo que me gustó mucho fue que estaba llena de libros, juguetes para niños, un cuaderno donde los visitantes dejaban sus recuerdos y mil detalles para no aburrirse.

Pasamos 4 dƭas y 3 noches en esa cabaƱa, en la que hicimos asados improvisando una parrilla con una rejilla de heladera que encontrƩ en el espacio entre el suelo y la tierra, fogatas, viajes por el lago y otros lugares hermosos que hay cerca.
Entre esos lugares, ademƔs de la avenida que da al lago y que tiene todos los puestos de comida mƔs caretas (y muy lindos por cierto), fuimos a Craters of the Moon. Es una zona con muchƭsimas chimeneas de vapor que sale de la tierra misma y que no deja de asombrar a cada paso. La tierra estƔ caliente, tan caliente que tenƩs que ir por senderos designados para evitar quemarte. Todo parece una pava hirviendo y uno no deja de pensar lo increƭble que debe haber sido tanto para los maorƭes que llegaron ahƭ primero, como para los colonos europeos despuƩs, encontrarse con semejante espectƔculo de la naturaleza. Es una caminata paga, larga e imperdible. Vale cada maldito centavo!
TambiƩn fuimos a unas termas cerca de la cabaƱa, muy lindas y disfrutables, en las que podƭas caminar alrededor y ver piletas Ɣcidas largando humo y olor a huevo podrido. Fue en Ʃpoca de relativa fresca, por lo que era muy lindo quedarse entre los vapores de la pachamama. El paisaje es surrealista, con ramas, rocas y demƔs acumulando sales de los vapores, un agua cristalina pero de tonalidad amarilla que le da un aire sobrenatural y muchos rincones con gƩiseres para maravillarse.
Finalmente, entre las muchas cosas increƭbles que visitamos esa vez, estƔn las Huka Falls... unos rƔpidos de agua de un color azul que nunca en mi vida habƭa visto en otro lugar. AdemƔs del color, el volumen de agua y el ruido son imponentes! Esto es completamente gratuito, aunque estƩn advertidos... suele estar repleto de gente. Hay unos senderos muy lindos de trekking que pueden hacer alrededor de las Huka y que recomiendo mucho hacer para disfrutar mƔs de la experiencia.
Ahora si...tocaba volver! Miren... una de las cosas de vivir por 4 días en una colina es que... no hay un camión de la basura que pase. Hay que llevar tooooda la basura al basurero! Y no solo eso, hay que separarla en las categorías que piden en Nueva Zelanda! Después de un par de fails para encontrar el punto exacto donde estaba el basurero, lo encontramos. Hicimos la fila con el auto, nos tocó y yo bajé con las bolsas y tiré cada cosa en su pozo común. Ahí hay gente que se encarga de agarrar cosa por cosa y clasificarlo en reciclable, orgÔnico, vidrio, etc... muy bien por los kiwis tratando los desechos con tanto mimo.

La vuelta fue increíblemente mÔs eterna y bajón. Habíamos lavado el auto antes de salir, orgullosos de cómo había quedado. Toda una tarde dÔndole masa con la esponja y agua. No es algo que hagamos con asiduidad... y el destino nos iba a ajusticiar por querer hacernos los limpitos. Ni bien llegamos al desert road, pasó uno de esos camiones que lavan la calle, de esos que tiran... aguita a la calle? Siempre me pareció al pedo hacer eso, como barrer la tierra en un camino de tierra... en fin, cuestión que pasó y nos mojó todo el auto, sumado a que esa parte del camino es la única que levanta polvareda al andar... el pobre auto quedó como una milanesa de polvo inmediatamente.
Después de eso nos tocó una congestión de la san flauta debido a un accidente mucho mÔs adelante, lo cuÔl retrasó muchísimo la vuelta. AdemÔs... uno vuelve cansado y con menos expectativas porque... bueno, estÔs volviendo. No es que estÔs emocionado por llegar a un lugar nuevo. Problemas del primer mundo supongo!

Antes de irme, mención especial a la Waifu que, el primer día, se dejó las llaves de la cabaña adentro y cerró la puerta (es de esas que no podés abrir de afuera sin la llave). Tuvimos que llamar a los dueños y comprobar, una vez mÔs, la buena onda kiwi. El pobre tipo apareció al rato, nos solucionó el problema y se quedó un rato hablando, siempre con una sonrisa en la cara y recomendÔndonos lugares a los que ir. Un ídolo!

Este es otro Recuerdo del Futuro que querƭa dejar inmortalizado acƔ, porque fue uno de los viajes mƔs memorables que tuvimos y el primero, por lo que lo recordamos con muchƭsimo cariƱo! Espero les haya gustado y, en el futuro, compartirles mƔs recuerdos de este tipo!

1 comentario:

  1. Que impecable hermoso lugar y muriƩndome de risa con tu relato muy bueno gracias por compartir sus experiencia .Saludos

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